VIVIR EN UN LUGAR HISTÓRICO, COMO EN CASA

HOTEL DU JEU DE PAUME 4 ESTRELLAS - PARÍS

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No me gustan las casas nuevas: sus caras son indiferentes...

- SULLY PRUDHOMME

Un edificio histórico

En el número 54 de la calle Saint-Louis en l'Ile, entre dos brazos del Sena, se encuentra el Hôtel du Jeu de Paume 4*. Lo descubrimos detrás de un discreto porche, al final de un patio pavimentado, que resonaba, hace tres siglos, con los pasos y los gritos de los entusiastas de los deportes de raqueta.

El 4* Hôtel du Jeu de Paume debe su nombre al sitio histórico que lo alberga: el último juego de palma real de la capital del siglo XVII. Fue construido en 1634 a petición de Luis XIII, un gran amante de este deporte que jugaba asiduamente. Aquí se jugaron partidos hasta 1747. Luego la locura por el juego de la palma decayó y el lugar se transformó en un local comercial.

Dos siglos después, en 1987, las majestuosas vigas de trescientos años y las piedras expuestas sedujeron al arquitecto, Guy Prache. Decidió crear un hotel allí conservando el espíritu de este vasto salón, clasificado en el inventario de monumentos históricos.

ISLA DE SAINT-LOUIS

 

HABITACIONES Y SUITES

En el centro del París histórico

SERVICIOS DEL HOTEL

Lugares para vivir y relajarse

SERVICIOS DEL HOTEL

Lugares para vivir y relajarse

Una cálida decoración


Una vez pasada la puerta, se descubre un espacio monumental organizado en rincones íntimos con decoración contemporánea. El mobiliario, las obras de arte y los objetos decorativos elegidos con cuidado y gusto responden entre sí en una delicada armonía que mezcla épocas y estilos con audacia y felicidad, en un auténtico espíritu de lujo sin ostentación.
 

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El Hotel du Jeu de Paume, de 4*, es un ambiente acogedor que invita a quedarse en un sofá para hojear la prensa del día, un ambiente refinado que favorece las confidencias, una dirección discreta apreciada por los iniciados...

Un espíritu de familia

El Hôtel du Jeu de Paume 4* es único porque está gestionado por una familia que se enamoró del lugar y quiso compartirlo con sus huéspedes. El ambiente cálido y la acogida amistosa hacen que uno casi olvide que está en un hotel. Un equipo fiel de trece personas, muchas de ellas presentes desde hace más de diez años, recibe a los clientes como si fueran amigos. También se valoran mucho los numerosos servicios que ofrece la conserjería. Y si los habituales recuerdan con cariño a Lemon, el perro emblemático de la casa, ahora están conociendo a Arctic, su digno y entrañable sucesor.

 
 
 
 
 
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